...y no todo está perdido porque...

nunca se pierde todo y se gana mucho. A veces no sabemos ni lo que queremos ni lo que buscamos, nos dejamos llevar por el flujo de la mente; lo peor, dejarnos llevar por la trama que crea una mente perversa, manipuladora y antojadiza. Es difícil saber si sólo estamos "apegados" a un sentimiento, a una creencia o si realmente somos fieles seguidores de corazón. Al final, sólo apetece salir de este enredo y decir: ¡qué más da!. Pero no da igual, lo más fácil es dejarse llevar porque tomar una decisión es cosa de "valientes", dejar cosas para tener otras, aceptar tareas para sentir que podemos con todo y para no pensar; en definitiva, no saber elegir. Todo esto lo puedo decir porque lo conozco, porque lo vivo, porque, de alguna manera, lo soy. Es difícil, casi imposible creo yo, hablar de cosas que no se han vivido o que no parten desde nosotros mismos. Pienso que sólo conocemos lo que sabemos.